3 ene 2013

Madrid. Entre las calles Segovia y Carrera de San Francisco

En esta ocasión os propongo un recorrido por la zona delimitada por las calles Segovia, Toledo y Carrera de San Francisco.

Adjunto link con la Ruta entre las calles Segovia y Carrera de San Francisco que os voy a mostrar.

Cava Baja
Tomamos como punto de partida la plaza de Puerta Cerrada. Desde allí seguimos por la Cava Baja hasta llegar a la plaza del Humilladero. Los nombres de Cava Baja y Cava Alta provienen de los fosos existentes en la base de la muralla cristiana, que eran utilizados como vías de escape. Posteriormente y como consecuencia de que los viajeros que procedían de Toledo, Segovia o Guadalajara entraban por esta parte de la ciudad, la zona se convirtió en un lugar de hospedaje, con casas de comida y posadas, de las cuales en la Cava Baja aun se conservan las de la Villa, del Dragón, del León de Oro y de San Pedro (actual Casa Lucio).

Restos de la muralla cristiana
en la calle del Almendro
En la plaza del Humilladero cogemos la calle del Almendro, donde a la derecha, en el número 17 de la misma, se encuentran restos de la muralla cristiana del siglo XII.

Palacio de la Nunciatura





Continuamos por la calle del Almendro, hasta encontrarnos a la izquierda por la calle Travesía del Almendro, que nos lleva hasta la calle del Nuncio, donde se encuentra el Palacio de la Nunciatura, que ocupa el solar de unas casas que en 1681 fueron adquiridas por la Santa Sede para establecer el Tribunal de la Nunciatura. Desde 1771, el edificio alberga el Tribunal de la Rota. En 1958, el edificio fue adquirido por el Ministerio del Ejército, quien instaló en él las dependencias de la Vicaría General Castrense, que comparte con las del Tribunal de la Rota.

Continuamos por la calle del Nuncio y bajamos las escaleras de la Travesía del Nuncio hasta la calle Segovia, donde nos encontramos con el palacio de Anglona, construido en 1690, y en cuyos bajos parece ser que existieron unos túneles secretos que comunicaban con el Palacio Real.

Palacio de Anglona
Subiendo por la Cuesta de San Pedro nos encontramos a la izquierda con la iglesia de San Pedro el Viejo, que tiene un origen incierto. Aparece citada en el Fuero de Madrid de 1202, haciendo referencia a una antigua edificación existente en la actual plaza de Puerta Cerrada, y que en el siglo XIV fue trasladada a su actual emplazamiento. Es muy posible que se construyera sobre la antigua mezquita del arrabal morisco de la Morería.

Iglesia de San Pedro el Viejo
Continuando por la Cuesta de San Pedro llegamos hasta la plaza de San Andrés, donde se encuentra el museo de los Orígenes.
La historia de este edificio está ligada a la vida del patrón de Madrid, ya que en un palacio anterior situado en el mismo solar vivió, en el siglo XI, Iván de Vargas, a quien servía San Isidro Labrador. El edificio actual fue construido en el siglo XVI por la familia de los Lujanes. En el patio se encuentra el pozo milagroso en el que, según la tradición, San Isidro salvó a su hijo de morir ahogado al hacer subir las aguas hasta el brocal. En 2000 el Ayuntamiento de Madrid lo transformó en Museo.

Museo de los Orígenes




Junto a él se encuentra la capilla de San Isidro. Rodeándola, tomamos la cuesta de San Andrés, donde se encuentra la parroquia de San Andrés, que nos lleva hasta la plaza de la Paja, donde se encuentra la capilla del Obispo.
Estos tres recintos forman un único conjunto, y están muy relacionados con la figura de San Isidro.

Parroquia de San Andrés
Capilla del Obispo













Según la tradición, la parroquia de San Andrés ya existía desde la época de San Isidro, quien fue feligrés de la misma, y donde fue enterrado hacia el año 1130. A finales del siglo XV, sirvió de Capilla Real a los Reyes Católicos cuando residían en Madrid. En 1656 se arruinó la capilla mayor, lo que motivó la construcción de un templo nuevo.
Después de su muerte, el cuerpo de San Isidro estuvo custodiado en la parroquia de San Andrés hasta que en 1518, el Papa León X concedió su custodia a la familia Vargas, quienes lo depositaron en la capilla del Obispo, construida por dicha familia en 1535. Enseguida, empezó un pleito entre la familia Vargas y la parroquia de San Andrés por el cuerpo. La disputa la ganó la parroquia, quien en 1544 recuperó los restos. Una vez retirados los restos de San Isidro, la capilla del Obispo pasó a ser panteón de los Vargas
San Isidro fue beatificado en 1619 y elevado a los altares en 1622, construyéndose una capilla en su honor, que fue finalizada en 1699. Esta capilla de San Isidro está construida sobre el solar en el que, según la tradición, estuvo la casa donde vivieron San Isidro y su esposa, Santa María de la Cabeza. El cuerpo del santo se continuó venerando en la Capilla de San Isidro hasta que en 1769, tras la expulsión de la Compañía de Jesús, se procedió al traslado de los restos a la iglesia del Colegio Imperial, en la calle Toledo, desde entonces conocida como Colegiata de San Isidro.


Capilla de San Isidro
Capilla de San Isidro


















La plaza de la Paja fue el centro neurálgico de la villa durante la Edad Media. En los siglos XIII y XIV era el mercado de la villa. Entró en decadencia a partir del siglo XV, cuando el rey Juan II de Castilla ordenó construir la Plaza del Arrabal (actual Plaza Mayor), a la que se desplazó la actividad comercial de la villa. Pese a ello, mantuvo su importancia como lugar de residencia de las principales familias nobiliarias de Madrid. Desde el siglo XVI en la plaza se llevaba a cabo la  costumbre a la que los vecinos de la villa estaban obligados y que consistía en entregar paja a los capellanes de la capilla del Obispo, para que éstos alimentasen a sus mulas.

Plaza de la Paja

Colegio de San Ildefonso
En la parte baja de la plaza, en la esquina de las calles Redondilla y Alfonso VI se encuentra el colegio de San Ildefonso. Es la institución dedicada a la infancia más antigua de Madrid, fundada en el último tercio del siglo XV. Hasta el siglo XIX contaba con cuarenta plazas para educar exclusivamente a niños naturales de Madrid, de legítimo matrimonio, que fueran huérfanos por lo menos de padre, con el fin de enseñarles a leer, escribir y contar, para luego facilitarles un oficio. De sus funciones administrativas y necesidades económicas se encargaba el ayuntamiento de Madrid. Para contribuir a la manutención del colegio, los niños eran contratados para cantar en los entierros, en las procesiones y otras ceremonias religiosas. A finales del siglo XVIII se empezó a contratar a los niños para que cantaran los números del sorteo de la lotería, tradición que aún sigue presente. En 1884 el colegio se trasladó a su ubicación actual, pues el antiguo se había quedado pequeño al crecer el número de niños.

Casa de Corredor del
Duque del Infantado
En la esquina de las calles Redondilla y Mancebos se encuentra la Casa de Corredor del Duque del Infantado, construida en 1711 por encargo del duque, que vino a sumarse a otras casas, inmuebles y palacio que poseía su linaje desde el siglo XVII en las proximidades de la parroquia de San Andrés.

Restos de la
muralla cristiana
en la calle Mancebos



Tomamos la calle Mancebos, y entre los números 3 y 5 de la misma nos encontramos con restos de la muralla cristiana del siglo XII.
Salimos de la calle Mancebos a la plaza de los Carros, y en la esquina de ésta con la calle Don Pedro y la Carrera de San Francisco se encuentra el palacio de la Duquesa del Infantado, construido en el siglo XVII por el duque de Rivas, siendo adquirido y reformado por el duque del Infantado en el siglo XVIII. En el año 2000 fue adquirido por la Fundación Universitaria San Pablo (CEU).

Palacio de la Duquesa del Infantado
Bajamos por la calle Don Pedro hasta la calle Bailén, donde a la derecha se encuentra el Laboratorio Municipal, construido entre 1901 y 1902 sobre un edificio de viviendas propiedad del duque del Infantado, expropiados con motivo de la puesta en marcha en 1861 del plan de reforma que iba a suponer la apertura de la calle de Bailén y la construcción de un primer viaducto.

Laboratorio Municipal
Cruzamos la calle Bailén, y continuamos por la calle Don Pedro hasta la calle San Buenaventura, donde se encuentra el Seminario Conciliar de Madrid.
En 1885, el Papa León XIII convirtió a Madrid en sede diocesana, lo que implicaba la construcción de un Seminario Conciliar. Situado en un primer momento en el Palacio Arzobispal, en 1891 se empezó a construir uno nuevo en la calle de Eduardo Dato. Al poco tiempo de empezar las obras, se decidió que el nuevo Seminario se construiría en las Vistillas, sobre el antiguo palacio del duque de Osuna, que fue derribado en 1900. El nuevo Seminario fue inagurado en 1906 con la advocación de San Dámaso Papa.

Seminario Conciliar
Continuamos por la calle San Buenaventura y llegamos a la basílica de San Francisco el Grande, junto a la cual se encuentra la capilla del Santo Cristo de los Dolores para la Venerable Orden Tercera de San Francisco, construida en 1668.

Capilla del Santo
Cristo de los Dolores





Capilla del Santo Cristo de los Dolores








En cuanto a la basílica de San Francisco el Grande, la tradición indica que el convento fue fundado por el propio San Francisco de Asís en el año 1217.
Tras el establecimiento de la Corte en Madrid en 1561, estuvo estrechamente vinculado a la Casa Real, ya que en él solían celebrarse numerosas ceremonias reales.
En 1760, los franciscanos derribaron la primitiva edificación y construyeron sobre su solar un templo más grande, que se finalizó en 1770. En 1808, durante la Guerra de Independencia, parte de las tropas de Murat se acuartelaron en el convento, desalojando a los frailes. Tras la guerra, los franciscanos retornaron al convento y residieron en él hasta la desamortización de Mendizábal en 1836, cuando fueron expulsados y la iglesia cerrada al culto.
El edificio pasó a manos del Patrimonio Real y en 1837 se intentó convertir en Panteón Nacional. En 1838 su iglesia se volvió a abrir al culto. En 1869, el Gobierno Provisional volvió a retomar la idea de convertir el templo en un Panteón Nacional y a él se trasladaron los restos de insignes personajes de la historia de España como los de Garcilaso de la Vega, el Gran Capitán, Quevedo,o Ventura Rodríguez, entre otros. No obstante, en 1874 se abandonó la idea del panteón, y los restos volvieron a sus antiguos emplazamientos. La Iglesia continuó perteneciendo al Patrimonio Real hasta 1926, cuando Alfonso XIII la devolvió a los franciscanos. Tras una nueva consagración en 1962 el templo se convirtió en Basílica menor.

Basílica de San Francisco el Grande

Portada del hospital y convento de
la Latina del siglo XVI

A continuación el recorrido nos lleva por la Carrera de San Francisco, plaza de la Cebada y calle Toledo. Una vez en esta última, junto a la entrada del metro de La Latina se encuentra el convento de la Latina, construido en 1907, sobre el solar del antiguo convento-hospital de la Concepción Francisca, más conocido por el sobrenombre de su fundadora, doña Beatriz Galindo, Camarera Mayor de Isabel la Católica a quien llamaban La Latina, que fue construido a principios del siglo XVI, y derribado en 1904 para ensanchar la calle Toledo. La portada del hospital y convento del siglo XVI, se conserva frente a la Escuela de Arquitectura, en la Ciudad Universitaria.

Convento de la Latina




Continuamos por la calle Toledo, y en el lado derecho nos encontramos con el instituto y la colegiata de San Isidro.


Instituto San Isidro

El instituto San Isidro, es el antiguo Colegio Imperial de la Compañía de Jesús, y tiene el privilegio de ser el centro educativo más antiguo de Madrid y tal vez de España.


Colegiata de San Isidro


La colegiata de San Isidro, es la Iglesia del antiguo Colegio Imperial de la Compañía de Jesús, construida en 1664. Tras la expulsión de los jesuitas en 1767 la iglesia se transformó en colegiata, cambiando su advocación a San Isidro, y pasando a albergar desde ese momento sus restos, y los de su esposa, Santa María de la Cabeza. Con la creación de la Diócesis de Madrid-Alcalá en 1885, se convirtió en catedral provisional de Madrid, hasta que en 1993 se acabaron las obras de la Almudena, volviendo a recuperar el título de colegiata.

Un poco más adelante giramos a la izquierda y nos encontramos en la plaza de Puerta Cerrada, punto de partida y finalización de este itinerario.

Espero que os haya resultado interesante. ¡Hasta otra!

5 comentarios:

  1. Gracias Félix por este agradable paseo, es una de las zonas más tradicionales de Madrid y parece mentira que haya tanto por descubrir. ¡Qué bonito es nuestro Madrid!
    Un saludo J y C

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  2. Que bonita es mi Madrid! Por edificios y calles como éstas quedé enamorada de esta ciudad en cuanto llegué...desde tan lejos. Siempre será mi ciudad preferida,...mi bien amada Madrid.
    RES.

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  3. A pesar de haber pateado en muchas ocasiones el Madrid histórico, veo que hay muchos edificios y monumentos que pasaron desapercibidos y que acabo de descubrir en esta entrada. Muchas gracias Félix.

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  4. Magnífico recorrido Félix, gracias por mostrarlo y además contarnos la historia...

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  5. viva el barrio donde me crie desde la cuesta de los ciegos ala cava baja y la castiza virgen de la paloma y el colegio de la Salle donde me educaron también tengo que decir que vine al mundo en la cava baja ahí queda eso viva mi barri

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