Una primera visita a Lisboa no está completa si uno no se acerca a Sintra, un lugar de cuento, que se dio a conocer al mundo a finales del siglo XVIII por los viajeros ingleses y la aristocracia portuguesa que estaba cansada de la corte estival de Mafra y Queluz.
Desde entonces Sintra ha sido alabada por numerosos poetas que acuñaron frases como "nido de amores", "amena estancia" o "glorioso Edén".
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Sintra |
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En el corazón de la villa destaca el
Palacio Nacional, y sobre todo, el perfil de las chimeneas cónicas de sus cocinas. El palacio, edificado sobre una antigua residencia real musulmana a partir del siglo XIV, ha sido residencia de verano de la familia real portuguesa hasta el siglo XX.
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Palacio Nacional. Sintra |
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Palacio Nacional. Sintra |
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Palacio Nacional. Sintra |
Desde el centro de la villa, una carretera sinuosa se adentra en la sierra y, tras un recorrido de unos 4 kilómetros, nos lleva hasta el
Palacio y Parque da Pena que son la expresión máxima del Romanticismo del siglo XIX en Portugal.
El parque ocupa una superficie aproximada de 85 hectáreas, y es el resultado de un proyecto paisajístico que transformó una sierra casi sin vegetación en un arboreto (jardín botánico dedicado a árboles y plantas leñosas) que integra varios jardines. En dicha transformación no se utilizaron los árboles propios de esta zona geográfica (encinas, alcornoques y robles), sino especies exóticas propias de zonas mas frescas y umbrosas procedentes de todos los continentes. Además, los riachuelos fueron sustituidos por canales que desembocan en estanques, no en lagos.
En el parque se pueden encontrar fuentes, ruinas, galerías y pabellones desde los que se tienen excelentes vistas, destacando la
Cruz Alta, en el punto mas alto de la sierra (529 m) y la
Estatua del Guerrero, que guarda el palacio desde la distancia.
El palacio se construyó, como residencia veraniega de la familia real, sobre las ruinas del monasterio jerónimo de Nuestra Señora de la Pena del siglo XVI que fue destruido en el terremoto de 1755.
La construcción realizada entre 1840 y 1887, tanto del palacio como del parque, fue idea del rey consorte y después regente, Don Fernando de Saxe Coburgo-Gotha de origen austrohúngaro, y de su arquitecto prusiano el barón Ludwig von Eschwege, que adquirió el monasterio y la montaña de Sintra en 1838.
En su construcción se mezclaron todos los estilos que uno se pueda imaginar: egipcio, gótico, manuelino, renacentista, mudéjar y oriental, dando lugar a un edificio con aspecto de castillo, con cúpulas coloreadas, un patio de armas presidido por un tritón (en el momento de nuestra visita estaba cubierto de andamios) y adarve almenado que rodea los muros exteriores y desde el cual se tienen unas espectaculares vistas.
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Palacio da Pena |
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Palacio da Pena |
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Palacio da Pena |
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Puertas de entrada al Palacio da Pena |
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Puerta de entrada al Palacio da Pena |
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Palacio da Pena |
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Fachada principal del Palacio da Pena |
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Patio interior del Palacio da Pena |
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Vistas desde el Palacio da Pena |
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Castelo dos Mouros visto desde el Palacio da Pena |
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Castelo dos Mouros visto desde el Palacio da Pena |
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Palacio da Pena visto desde la entrada al Parque |
La visita por el interior del palacio, que integra el claustro de dos pisos del antiguo monasterio, nos va pasando por salas que conservan su mobiliario original. Entre ellas merecen ser destacadas el comedor privado, los aposentos reales, la sala árabe, la sala indiana, el salón noble y la terraza de la reina desde la que se tienen unas preciosas vistas.
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Comedor privado. Palacio da Pena |
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Dormitorio. Palacio da Pena |
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Dormitorio real. Palacio da Pena |
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Salón árabe. Palacio da Pena |
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Salón indiano. Palacio da Pena |
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Salón noble. Palacio da Pena |
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Salón noble. Palacio da Pena |
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Claustro interior. Palacio da Pena |
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Vistas desde la Terraza de la Reina del Palacio da Pena |
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Desembocadura del río Tajo vista desde la Terraza de la Reina
Palacio da Pena |
Cerca del palacio está el
Castelo dos Mouros, que también fue objeto de un proceso de restauración por parte de Don Fernando de Saxe Coburgo-Gotha.
El castillo es una fortificación árabe amurallada erigida en el siglo X para control de la costa atlántica y de los territorios al norte, y cuya función era la de puesto avanzado de Lisboa, que está situado en la cresta rocosa de una ladera.
Un adarve que recorre la totalidad de la muralla almenada, desde la
Alcazaba hasta la
Torre Real, nos ofrece unas vistas impresionantes de la costa atlántica, la sierra y la villa de Sintra, que compensa el esfuerzo que requiere el superar los escalones que nos llevan hasta las mismas.
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Castelo dos Mouros |
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Castelo dos Mouros |
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Palacio Nacional visto desde el Castelo dos Mouros |
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Palacio da Pena visto desde la Torre Real del Castelo dos Mouros |
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Vista desde la Torre Real del Castelo dos Mouros |
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Castelo dos Mouros |
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Castelo dos Mouros |
En la montaña de Sintra existen otros lugares como el
Palacio y Parque de Monserrate, el
Chalet de la Condesa, el
Convento de los Capuchos y la
Quinta da Regaleira que merecen ser visitados, algo que haré en mi próxima visita a Sintra.
Impresionante lugar, ¿no?.
¡Hasta la próxima!
Como indicas en el título de esta entrada Sintra es un lugar de cuento. Recuerdo que mi madre decía lo mismo cuando se refería a esta ciudad.
ResponderEliminarLas fotos del Palacio da Pena me recuerdan mucho al estilo que Gaudí empleaba en sus creaciones. ¿A ti no?